Dificultades en la lactancia
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Aunque la lactancia es buena para ti y para tu bebé, puede ser dura para tus pezones. Lee nuestros consejos de cuidado de los pezones para ayudar a mantener controlado el dolor.
«La lactancia no debería doler» es un mantra que suelen escuchar las madres primerizas. Pero muchas de ellas descubren una realidad bastante diferente durante los primeros días.
Para empezar, durante el embarazo, los pezones de la mayoría de las mujeres aumentan de tamaño y están más sensibles. Y cuando tu recién nacido empieza a alimentarse con ellos crea presión y succión, lo cual es una novedad para ellos (bueno, en realidad, solo si eres madre por primera vez).
Además, puede que las tomas sean largas, de hasta una hora, y que tu bebé tome el pecho hasta 13 veces al día 1. La combinación de succión, presión y saliva puede provocar dolor en los pezones.
Piensa en la irritación y las grietas que pueden sufrir los labios a causa del viento o el sol. Cuanto más los humedeces con la lengua, más se secan y se dañan; así que los hidratas para aliviar el dolor y protegerlos, ayudando de este modo a que se curen. Sucede lo mismo con tus pezones.
No obstante, el dolor no debería durar mucho tiempo, ya que tanto tú como tu bebé os iréis acostumbrando a la lactancia durante las primeras dos semanas. Tratar estos problemas cuanto antes es fundamental para evitar complicaciones posteriores. Por lo tanto, si tus pezones se agrietan, empiezan a sangrar o te duelen mucho, acude lo antes posible a un especialista o consultora de lactancia 2.
Sin embargo, prevenir siempre es mejor que curar, así que lee los consejos que ofrezco a continuación.
La clave para una lactancia sin dolor es un buen agarre. Cuando tu bebé esté intentando agarrarse, dirige tu pezón hacia su paladar. Esto le debe ayudar a agarrarse al pezón, así como a la parte inferior de la areola (el círculo de piel más oscura que rodea el pezón). Si el bebé tiene en la boca el pezón y parte del tejido del pecho, podrá alimentarse correctamente 3.
Deja que un especialista o una consultora de lactancia compruebe el agarre del bebé durante los primeros días. Te aconsejarán sobre cómo resolver cualquier problema que puedas tener y también pueden sugerir posiciones de lactancia alternativas que te ayuden a alimentar a tu bebé del modo más indoloro posible.
La anquiloglosia es un trastorno que padecen entre el 4 y el 11 % de los recién nacidos 4. Se da cuando la tira de piel que fija la lengua a la parte inferior de la boca (frenillo lingual) es demasiado corta. Un bebé con anquiloglosia no podrá abrir la boca lo suficiente para agarrar todo el pecho necesario durante la toma y, probablemente, su lengua no cubrirá su encía inferior al succionar. Esto puede provocar pezones doloridos en tu caso y frustración para el bebé.
Un profesional sanitario, un especialista o una consultora de lactancia deberán evaluar a tu bebé para confirmar si padece anquiloglosia. Si fuera necesario, este trastorno se puede tratar con un sencillo procedimiento denominado frenotomía. Esta intervención, realizada por un profesional sanitario, no suele requerir anestesia y puede ayudar a solucionar los problemas de lactancia de forma inmediata 5.
Existe también un trastorno similar, aunque menos frecuente, denominado frenillo labial, en el que el frenillo que une el labio superior a la encía superior es demasiado corto. Estos dos trastornos no siempre se detectan en las comprobaciones neonatales, así que si crees que esto es lo que te causa dolor en los pezones, busca asesoramiento de forma inmediata 4.
Una vez que el bebé y los pezones están habituados a la lactancia, lo cierto es que no debería doler. Recuerda que la principal causa de los pezones doloridos es una colocación/agarre deficiente. Si un experto en lactancia no ha sido capaz de solucionar el dolor en los pezones, prueba con otros.
Si el dolor en los pezones persiste o si notas síntomas extraños, acude a un especialista o consultora de lactancia. La presencia de puntos blancos o grietas en los pezones puede ser un síntoma de candidiasis; unos pezones blanquecinos o azulados se pueden deber a un problema circulatorio, como la enfermedad de Raynaud (vasoespasmos), y la presencia de pus o enrojecimientos con picor son signos de infección 2.
1. Kent JC et al. Volume and frequency of breastfeedings and fat content of breast milk throughout the day. Pediatrics. 2006;117(3):e387-395.
2. Berens P et al. Academy of Breastfeeding Medicine. ABM Clinical Protocol# 26: Persistent pain with breastfeeding. Breastfeeding Medicine. 2016;11(2):46-53.
3. Cadwell K. Latching‐On and Suckling of the Healthy Term Neonate: Breastfeeding Assessment. J Midwifery & Women’s Health. 2007;52(6):638-42.
4. Segal LM et al. Prevalence, diagnosis, and treatment of ankyloglossia: methodologic review. Canadian Family Physician. 2007;53(6):1027-1033.
5. O'Shea JE et al. Frenotomy for tongue‐tie in newborn infants. The Cochrane Library. 2017.
6. Jacobs A et al. S3-guidelines for the treatment of inflammatory breast disease during the lactation period. Geburtshilfe und Frauenheilkunde. 2013;73(12):1202-1208.
7. Pannaraj PS et al. Association between breast milk bacterial communities and establishment and development of the infant gut microbiome. JAMA pediatrics. 2017;171(7):647-654.
8. Mohammadzadeh A et al. The effect of breast milk and lanolin on sore nipples. Saudi medical journal. 2005;26(8):1231-1234.
9. Kent JC et al. Principles for maintaining or increasing breast milk production. J Obstet, Gynecol, & Neonatal Nurs. 2012;41(1):114-121.
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